Maximino Cerezo Barredo, Pintor de la Liberación     


 
NO TE SIENTES EN EL LUGAR PRINCIPAL
Comentario a Lucas 14,1.7-14, evangelio de la Misa del domingo 29 de agosto del 2010, 22º ordinario.
Carlos Pérez Barrera, Pbro.
 
- Por un lado nos alegra la noticia de que los 33 mineros chilenos se encuentran vivos y bien de salud, pero por otro, nos duele entrañablemente la matanza de 72 migrantes en el estado de Tamaulipas. No pertenecían a ningún cártel, sólo querían encontrar trabajo en el vecino país.
 
     Miremos detenidamente esta página del Evangelio, es una de tantas enseñanzas de nuestro Señor que nos deja tan sorprendidos como perplejos… Así resplandece la novedad radical de Jesús, tan distinta de los pensamientos del mundo.
     "Mirando cómo los convidados escogían los primeros lugares”.-
     Nuestro señor Jesucristo era un devoto observador de la vida de las gentes. También los fariseos lo estaban espiando. Sin embargo, ambas miradas no eran iguales. Los fariseos veían el exterior, se quedaban en sus legalismos, Jesús, en cambio, miraba el interior de las personas, sus afanes, sus pretensiones, por eso podía evangelizarlos profundamente. Nuestro Maestro no era un pintor de exteriores, más bien buscaba moldear a las gentes por dentro, sus corazones. Si estudiáramos detenidamente los evangelios, la mirada de Jesús nos transformaría también a nosotros.
     "Cuando te inviten a un banquete de bodas, no te sientes en el lugar principal… Por el contrario, cuando te inviten, ocupa el último lugar”.-
     Podríamos pensar que Jesús inteligentemente nos propone una norma de estrategia social: es mejor sentarse en el último lugar que en el primero, porque así el dueño de la casa nos invitará delante de todos a pasar más arriba y no al revés. Es mejor subir a que lo bajen a uno. Sin embargo, no se trata de una mera cuestión social, sino de un espíritu profundamente cristiano: el camino que Dios nos propone en Jesucristo para llegar a ser sus discípulos. No es éste el único lugar del evangelio en el que Jesús nos invita a ocupar los lugares de abajo. En Lucas 9,46 nos invita a hacernos pequeños para ser así los mayores.
     En la primera lectura, tomada del libro del Eclesiástico, escuchamos: "Hazte tanto más pequeño cuanto más grande seas y hallarás gracia ante el Señor, porque sólo él es poderoso y sólo los humildes le dan gloria”.
     Pero, ¿qué observamos en nuestra sociedad? En el ambiente laboral, escolar, sindical, político, económico, y lamentablemente también en el eclesiástico, vemos cómo las personas nos afanamos por estar arriba, por subir escalones, por hacer carrera. A todos nos da por sobresalir, por recibir honores, por adquirir prestigio. ¿Hay alguien al que le guste ser menos? Pues el camino del cristiano humanamente no es hacia arriba, hay que decirlo categóricamente, con esa autoridad con que nos lo enseña el Maestro, sino hacia abajo, como lo vemos en él mismo, en esa bellísima imagen de crucificado. ¿Hay algún lugar más ínfimo para un ser humano que la cruz?
     "Cuando des una comida o una cena… invita a los pobres, a los lisiados, a los cojos y a los ciegos; y así serás dichoso”.-
     Estamos celebrando el centenario del nacimiento de una gran santa, que hasta el momento sólo ha sido beatificada por la Iglesia, la madre Teresa de Calcuta. Ella entendió bien las palabras de Jesús y así lo puso en práctica, sus invitados fueron siempre los más pobres de los pobres, los lisiados, los abandonados, los desahuciados… por eso, sea para ella la declaratoria de "feliz" que hace nuestro Señor en este pasaje. La Iglesia también lo ha hecho, al declararla beata, que en latín significa feliz.
 
     Así debe ser nuestra vida cristiana en lo personal, en lo social, y nuestra vida de Iglesia. Nuestra Iglesia dista mucho de esta imagen que nos ofrece el Evangelio. ¡Ya decidámonos a acortar distancias! Dejémonos hacer por el evangelio de Jesucristo, para llegar a ser novedad y salvación para este mundo.
 

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