Maximino Cerezo Barredo, Pintor de la Liberación     





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NOTAS POST-ELECTORALES

Miércoles 4 de julio de 2018

Carlos Pérez B., Pbro.

 

LA REACCIÓN POPULAR.-

A pesar de que las encuestas siempre pusieron como puntero a AMLO y su partido, a mí y a muchos nos sorprende que haya obtenido más del 50% de los votos válidos. Los amantes de la segunda vuelta, esperábamos que hubiera conseguido un 40%. ¿Qué pasó?, nos preguntamos todos. ¿Cómo le hizo AMLO para aglutinar el fuerte descontento de la población con la clase gobernante, su hartazgo, su repudio a los tantos casos de corrupción, su fastidio ante este ambiente de violencia que en vez de atenuar sigue en aumento?

No pensamos que Morena ni su candidato sean los buenos de la película. Más bien es la reacción del pueblo en masa lo que ha provocado estos resultados. Dijo López Obrador en campaña que no nos va a fallar. Pues esperamos que todo su equipo y su partido sepan que el pueblo no merece vivir una nueva decepción. Les hacemos un llamado para que se pongan la mano y la mente en el corazón y se apiaden de los más amolados. El pueblo más pobre merece un verdadero cambio.

 

LAS ENCUESTAS.-

Es posible que los resultados de las encuestas que se estuvieron publicando frecuentemente hayan tenido también su impacto en los votantes. Sucedió hace 6 años. Aunque no eran confiables, estuvieron inclinando la balanza hacia el que ahora es el presidente.

 

LA VIGENCIA DEL SISTEMA.-

Y cuando desperté, el dinosaurio todavía estaba ahí. Hace 18 años, cuando Fox ganó la presidencia, se decía que el partido oficial había llegado a su fin. Sin embargo, en 2012 regresó por sus fueros. No, no se acabó ese sistema que venimos arrastrando por décadas. Tampoco ahora. En la burocracia, en los sindicatos, en los ejidos hay toda una fuerza que seguirá perteneciendo y favoreciendo a ese sistema. De vez en cuando le darán la espalda, pero años de militancia no se acaban por algún evento. Por otro lado, el abstencionismo puede volver a hacer presa de nosotros. En el estado de Chihuahua la participación apenas si rebasó el 50%. En el país superó el 60%. En cualquier momento podemos volver a niveles del 30% o menos, como ha sucedido sobre todo en los municipios grandes (Juárez, por ejemplo). Cuando la gente no sale a votar, vuelve a ganar el sistema antiguo: corporativismo, control de medios e instituciones, antidemocracia sindical, corrupción, autoritarismo, etc. Todos los partidos tendrán que renovarse para dejar atrás el viejo sistema.

 

LA IZQUIERDA.-

Los medios de comunicación, nacionales y extranjeros, hablan de que ha triunfado un gobierno de izquierda. Yo la verdad no me creo eso de que AMLO, Morena, el PRD o PT, sean de izquierda. Vivimos en un régimen político, económico y social capitalista. Cualquier gobernante tiene poco espacio de maniobra para actuar hacia la izquierda o hacia la derecha. El capital exterior dicta nuestras políticas: EU, la unión europea, el extremo oriente, etc. No somos ni autónomos ni independientes. Gran parte de nuestros empleos dependen de ellos. Tampoco los somos al interior. Los que gobiernan y los dueños del dinero, esos tienen que ponerse de acuerdo para que nuestro país camine. Y ya sabemos en qué sentido camina: en bien de los que tienen.

Yo por mi parte, sí me atrevo a proponer cuatro cosas: que se universalice y legalice el derecho al alimento, la vivienda, el empleo y la salud de todos los mexicanos. ¿Cómo? No sé. Pero todos debemos pugnar en ese sentido. Por el hecho de ser mexicano tienes como mínimo esos derechos. Pensemos en esto: el petróleo les pertenece a todos los mexicanos, los bosques, los mares, los ríos, las tierras agrícolas, etc. Pero su explotación no fructifica equitativamente. Recientemente se han privatizado algunas áreas de la explotación del petróleo con la reforma energética, pero no se ha pensado en hacerle justicia a buena parte de la población que jamás ha visto un solo centavo de dólar como renta de esa explotación.

Así es que exijo que nuestras riquezas naturales reditúen en bien de sus legítimos dueños. ¿No se podría, aunque fuera paulatinamente, hacer que en el Imss estén absolutamente todos los mexicanos y que todos los dueños del capital paguen sus impuestos para que tenga una buena infraestructura?

 

TODOS LOS PARTIDOS SON PERMEABLES.-

Quisiéramos que ahora no fuera así. Pero la realidad que venimos viviendo por años es que los amantes del poder y del dinero aprovechan todas las oportunidades. Sucedió en los tiempos que siguieron a la revolución. Los postulados de libertad y justicia social quedaron en el papel, en letras elegantes de  nuestros documentos históricos. El pueblo no se hizo del poder. Al poder llegaron los ambiciosos, los egoístas, los déspotas. Y nuestra política se vició, sus dependencias, los sindicatos, las centrales obreras, campesinas.

Sucedió en las entidades a las que llegaron gentes de ‘izquierda’: PT, PRD, pero también de derecha como el PAN que agitaban la bandera de la honestidad. Los que aman el dinero y el poder buscan y encuentran la manera de incrustarse en la nueva clase gobernante. No tienen ideología, carecen de convicciones, los mueve sólo su ambición, se hacen para donde calientan gordas. ¿Recordamos los casos de Bejarano, de Carlos Ahumada, de un personaje chihuahuense cuyo nombre no recuerdo que se la pasaba en las Vegas apostando dinero, etc.?

No queremos que ahora suceda, pero sobra gente que quiera aprovechar estos tiempos nuevos.

 

LA PANACEA.-

La salvación de nuestro país no está en la política, o en la economía. A las gentes del poder no los mueve la compasión por los más pobres. ¿Quién está dispuesto a dar su vida por el pueblo? Sí tenemos muchos luchadores sociales que se afanan por la gente, por los campesinos, las mujeres, los niños, los discapacitados, etc. Pero esos no buscan el poder. También en la Iglesia, entre los laicos, tenemos muchos casos que no gozan de la resonancia social, pero discretamente ahí están como semillas de un mundo nuevo.

 

LA IZQUIERDA DE ABAJO.-

Los cristianos nos profesamos de ‘izquierda’, pero no la izquierda del poder humano sino la izquierda de los desposeídos.

Este domingo de las elecciones nos tocó proclamar en las misas el ‘socialismo’ de Dios que recoge san Pablo tomándolo de los tiempos de Moisés: "habrá un justo medio, como dice la Escritura: Al que recogía mucho, nada le sobraba, al que recogía poco, nada le faltaba” (2 Corintios 8,15; Éxodo 16,18). San Lucas, discípulo de san Pablo, nos ofrece en dos resúmenes fantásticos cómo era o cómo debería de ser la vida de las comunidades creyentes: "La multitud de los creyentes no tenía sino un solo corazón y una sola alma. Nadie llamaba suyos a sus bienes, sino que todo era en común entre ellos. Los apóstoles daban testimonio con gran poder de la resurrección del Señor Jesús. Y gozaban todos de gran simpatía. No había entre ellos ningún necesitado, porque todos los que poseían campos o casas los vendían, traían el importe de la venta, y lo ponían a los pies de los apóstoles, y se repartía a cada uno según su necesidad”  (Hechos 4,32-35. También Hechos 2,42-47).

Ante esta situación económica y social tan injusta que estamos viviendo, siguen resonando con fuerza y mayor vigencia las enseñanzas y la vida de nuestro Señor y Maestro Jesucristo en los santos evangelios. La parábola del rico epulón y Lázaro, por ejemplo, ¿ya no sacude desde sus cimientos a esta economía capitalista? Más de la mitad de los mexicanos, sobre todo en el campo, en regiones indígenas, en las periferias de nuestras ciudades, vive por debajo del nivel de pobreza.

Es necesaria la conversión del corazón a los proyectos y mecanismos de Dios. Es necesario que vayamos creando una humanidad nueva, más espiritual, menos materialista. En la Iglesia necesitamos ponernos las pilas.

En una ocasión un montón de pobres asaltó la capital del país liderados por un desposeído. Subieron cantando, aclamando festivamente. Su líder terminó en unos días crucificado. Ni las gentes de aquel tiempo ni nosotros hemos alcanzado a entender a profundidad en dónde está la salvación de esta humanidad.