Ante las
dificultades para distribuir el Boletín Parroquial por las casas, he decidido
compartirlo por este medio. Los jóvenes, que tienen más acceso a los medios
electrónicos, pásenlo a los mayores, ya sea impreso o en versión digital. Gracias.
ASIMILEMOS DESDE LA FE ESTE TIEMPO
A nuestra generación no nos
había tocado vivir una crisis tan grave como la que estamos pasando: parálisis
económica, desempleo, confinamiento, enfermos, muertos, clima de pánico. El
siglo pasado a nuestros padres y abuelos sí les tocaron varias. La primera fue
el tiempo de la revolución, de 1910 a 1917. Nos platicaban los mayores que
llegaban los soldados y despojaban a los campesinos de sus cosechas, entraban a
las casas, se llevaban a los jóvenes reclutados. Se vivía el terror. En las
ciudades, que no eran tan grandes, de vez en cuando se daban los enfrentamientos
armados.
La primera guerra mundial fue
otra crisis, de 1914 a 1918. Se sintió menos la hambruna porque México no
participó en ella ni estábamos económicamente tan atados a la economía mundial.
En ese mismo año se vivió la gripe ‘española’, que mató en el mundo a cerca de
50 millones de personas. No tengo notas de cómo afectó a nuestro país.
Los católicos vivieron también
tiempos de persecución en tres etapas: de 1914 a 1917, de 1926 a 1929 y de 1932
a 1937. Los templos estuvieron cerrados por decisión de los obispos causada por
la aplicación de la nueva constitución antirreligiosa. A nuestros padres y abuelos
los tuvieron que bautizar a escondidas. Los sacerdotes atendían, a duras penas,
a la población que en aquellos tiempos era más religiosa que ahora.
La siguiente crisis fue la
segunda guerra mundial. Como nuestro país ya estaba más integrado a la economía
mundial, ahí sí les tocó a los mexicanos sufrir las penurias. La industria y el
comercio estaban paralizados.
A nosotros, después de esas
crisis, nos tocó vivir en una especie de ‘pax romana’, es decir, esa paz
superficial que no se puede llamar paz pero en la que sí reina cierta tranquilidad,
en medio de tanta injusticia, antidemocracia, manipulación de la sociedad,
corrupción. Con todo, estábamos más o menos felices, disfrutando de los adelantos
tecnológicos: el automóvil, los aparatos electrodomésticos, los electrónicos
sobre todo de comunicación, la era de la telefonía celular y del internet. En
esto se nos viene la pandemia, ‘todos enciérrense en sus casas’, niños y
jóvenes sin escuelas, empresas cerradas, parálisis económica, templos cerrados,
misas sin presencia de fieles. Esta ‘parálisis sacramental’ ¿nos ha llevado a
desear más ardientemente la Eucaristía? Ese 90% de los católicos que no asistían
habitualmente a la misa dominical, ¿le han echado de menos?
Y hay que añadir que en
Chihuahua no se nos ha venido un terremoto o un huracán que nos deja sin casas.
Sí hemos sufrido inundaciones y temporales lluviosos en exceso, con caída de
casas humildes, como en 1974, 1978 y 1990.
Todas estas cosas el buen
cristiano las tiene que vivir desde la fe. Quienes están atados al sentido
mágico de las cosas son los más débiles espiritualmente. Los fuertes son los
que se nutren de la oración, no mágica sino madura, la que nos lleva a ponernos
en las manos de Dios, con toda confianza, la que nos ayuda a discernir. Los que
se nutren con la lectura de la Palabra de Dios, con el ejercicio de la caridad,
con el apostolado son los que no se doblan.
Tenemos pendiente el verificar,
asimilar y evaluar qué tan preparados estábamos para estos momentos.
Su
hermano en Cristo:
Pbro.
Carlos Pérez Barrera
VOLVER A MISA.-
Las
autoridades sanitarias, después de las dos fechas iniciales, las cuales fueron
cambiando (20 de abril, 30 de abril), finalmente nos dijeron que el
confinamiento se extendía hasta el 30 de mayo de 2020. No sabemos aún si vaya a
ser así. De todas maneras yo no quiero reunir a toda la asamblea en cada
capilla sino, para ir empezando, quiero celebrar la Misa con unas cuantas
personas, especialmente servidores, muy distanciados entre sí. Eso pienso hacer el sábado 30 de mayo,
quiero ir a las 4 pm a Cerro Prieto para celebrar la Misa con muy poquitos y
también para entregarles de viva voz y por escrito, a los servidores, las
instrucciones de nuestro regreso paulatino y progresivo a nuestras
celebraciones con gente. Así lo haría en Perpetuo Socorro el sábado 30 a las 7
pm, el domingo 31 a las 8 am, 12:30 pm y 7 pm, así como a las 9:30 am en San
Judas y a las 11 am en Guadalupe.
Los
servidores de cada capilla son los que van a extender estas instrucciones al
resto de la comunidad. Nos tenemos que educar unos a otros para vivir esta
nueva realidad con todos los cuidados sanitarios. Especialmente les pido a los
voluntarios que limpiemos con trapo enjabonado las áreas de las bancas que toca
la gente con sus manos.
·
¿QUIÉNES VAN A ASISTIR A MISA? Van a
seguir dispensados del precepto dominical los adultos mayores y enfermos
crónicos. Desde luego que también quienes tengan síntomas de gripe o resfriado.
No sabemos cómo vamos a manejar el reducido número de personas que podrán
entrar cada domingo. Lo tenemos que ver con las mismas personas, ya sea un
domingo unos y al siguiente otros, mientras nos permiten incrementar el número
de asistentes.
·
VAMOS A EVITAR EL CONTACTO PERSONAL,
porque el virus lo portan las personas, y no sabemos quiénes lo han adquirido,
por eso nos cuidamos unos a otros, porque no sabemos dónde está.
·
MISAS ENTRE SEMANA.- Si al principio nos
limitan el número de asistentes, entonces les vamos a pedir a quienes puedan ir
a misa entre semana, que lo hagan esos días, para que dejen libre el espacio a
quienes sólo pueden ir a misa en domingo.
·
DESDE QUE SALIMOS DE CASA.- Nos lavamos
bien las manos, nos ponemos el CUBRE-BOCA y procuramos no detenernos en el
camino con las personas. Evitemos el contacto físico, mantengamos la sana
distancia. Una buena costumbre que podemos ir haciendo es cargar con nuestro
frasquito pequeño de gel para todos lados.
·
AL ENTRAR AL TEMPLO.- Lo vamos a hacer
de uno por uno, o familia por familia que vive en la misma casa. No nos
detengamos a platicar en grupito, conservemos la sana distancia. Cada quien
entre al templo por su lado, úntese las manos con gel y ocupe los lugares
permitidos: dos personas en cada banca que no esté encintada. Poco a poco
iremos aumentando el aforo.
·
No habrá CANTOS NI ACLAMACIONES EN VOZ
ALTA, porque con eso favorecemos el expulsar al ambiente las partículas de
nuestras secreciones internas. Las respuestas de la misa las diremos en voz
baja. Los del coro estarán colocados a distancia unos de otros, dos
instrumentistas y unas dos voces. Si están retirados físicamente de la asamblea
y entre sí, ellos sí podrán cantar en voz alta.
·
En principio tendremos un SOLO LECTOR Y
UN SOLO SERVIDOR DEL ALTAR. Procuraremos no tener contacto entre nosotros sino
conservar la sana distancia. Portaremos cubre-boca a excepción del momento de
hacer la lectura. Nadie más utilizará ese micrófono hasta echarle
desinfectante. Nos desinfectaremos las manos antes y después de acomodar y usar
las cosas necesarias.
·
De momento NO traeremos OBJETOS EN LAS
MANOS: ni misal, ni librito, ni Biblia, ni rosario, etc. Libres las manos.
·
LA RECOLECTA.- No se hará colecta dentro
de la Misa. Se pondrá un cepo o bolsa al salir, en cada puerta para que ahí
deposite cada quien su ofrenda.
·
No nos daremos el SALUDO DE LA PAZ con
la mano, sólo con una seña.
·
Para la COMUNIÓN.- Antes de formarse,
cada quien tomará gel antibacterial para que se pueda bajar un poco el
cubre-boca antes de recibir la Comunión. Se formarán a un metro y medio el de
atrás del de adelante. El sacerdote dirá para todos, desde el altar: "el Cuerpo
de Cristo”; en voz baja todos juntos contestan "amén”. Al dar la Comunión a
cada uno la entregará en silencio. La recibirán en la mano, y luego de ponerla
en la boca se volverán a poner el cubre-boca. Favor de no regresarse por la
misma fila.
·
PROCUREMOS SALIR poco a poco, no en bola
o amontonados. Ni hacer bolitas para platicar. Nos tenemos que cuidar unos a
otros hasta que pase esto. Si quieren platicar con alguien, afuera del templo,
háblense a dos metros de distancia o por el celular, no importa que estén a
unos metros de distancia. Así lo tendremos que hacer por un tiempo en nuestra
sociedad. Siempre hay que lavarse las manos o ponerse gel antes de llevarse las
manos a la cara.
·
GRACIAS POR CUIDARNOS UNOS A OTROS.
GRACIAS POR SUS DONATIVOS.- Queremos
agradecerles su respuesta a la colecta de víveres del 9 de mayo. Fue generosa.
Las personas más desprotegidas han sido nuestra principal preocupación.
También les agradecemos que algunas personas se han
acordado de su Iglesia en este tiempo y nos han hecho llegar sus donativos.
Han sido, hasta este momento, 9 semanas sin colectas o limosnas. Y hubo que pagar sueldos y servicios.
¡Gracias!
Las familias que perdieron el empleo, o que se
quedaron despojadas económicamente, están dispensadas de las aportaciones a la
Iglesia. Pero quienes no perdieron el empleo, esperamos que se acuerden de la
parroquia, según sus posibilidades. También nos permitimos recordarles el sobre
del diezmo diocesano, todo según sus posibilidades.
HOMILÍA DOMINICAL.- Escuchen
por radio la homilía de nuestro párroco en el 106.1 de FM, el tercer domingo de
cada mes, a las 8:50 a.m. También la pueden leer cada semana en esta dirección
de internet: www.iglesiaenchihuahua.org.
Les recomendamos la página "www.religiondigital.org”,
que trae mucha información religiosa, especialmente católica, con sentido
crítico.
EVANGELIOS DE LOS DOMINGOS
7 junio Santísima Trinidad Juan 3,16-18.
14
junio 11º domingo ordinario Mateo 9,36-10,8.
21 junio 12º domingo ordinario Mateo 10,26-33.
28 junio 13º domingo ordinario Mateo 10,37-42.
5 julio 14º domingo ordinario Mateo 11,25-30.
12 julio 15º
domingo ordinario Mateo 13,1-23.
Estudien
ustedes entre semana el evangelio que toca leer el siguiente domingo para que a
la hora de proclamarlo y comentarlo en la Misa, le saquemos más provecho. Ahora
con más ganas estudien el evangelio en su casa.