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CORRUPCIÓN, UN MAL
SISTÉMICO
Viernes 10 de julio de 2020
Carlos Pérez B., Pbro.
"He aquí el fuero del rey que va a reinar sobre ustedes. Tomará sus
hijos y los destinará a sus carros y a sus caballos y tendrán que correr
delante de su carro. Los empleará como jefes de mil y jefes de cincuenta; les
hará labrar sus campos, segar su cosecha, fabricar sus armas de guerra y los
arreos de sus carros. Tomará sus hijas para perfumistas, cocineras y panaderas.
Tomará sus campos, sus viñas y sus mejores olivares y se los dará a sus
servidores. Tomará el diezmo de sus cultivos y sus viñas para dárselo a sus
eunucos y a sus servidores. Tomará sus criados y criadas, y sus mejores bueyes
y asnos y les hará trabajar para él. Sacará el diezmo de sus rebaños y ustedes
mismos serán sus esclavos” (1 Samuel 8,11-17).
Finalmente
se dio con el paradero del ex gobernador César Duarte en Estados Unidos, en
Miami, donde andaba prófugo de la justicia. Nosotros no nos erigimos en jueces
pero sí queremos que él y sus acusadores nos den cuentas de los faltantes en
las arcas del estado. ¿Es cierto que desde que asumió la gubernatura empezó a
canalizar dinero público para capitalizar su banco? ¿Y qué hay de las tantas
propiedades inmuebles de las que se fue haciendo? ¿A poco nos resulta increíble,
a quienes hemos vivido y padecido este sistema político hasta años recientes,
que se desvía dinero del pueblo para campañas electorales de algún partido? Pues
eso nos lo tiene que aclarar él o el ahora gobernador y otros luchadores
sociales que se plantaban frente a palacio de gobierno en el tiempo de su
administración. Uno de ellos era el gobernador actual.
Para
nosotros la corrupción es un delito, un pecado y un mal de graves consecuencias
para los más pobres, desde este lugar hablamos y pensamos. Esos millones
(¿cientos o miles de millones?) de pesos le pertenecen al pueblo, a este pueblo
amolado por tantos males. La miseria de tantísima gente que vive en el campo,
en la sierra, en las periferias de nuestras ciudades está gritando hasta el
cielo. Esto es lo que nos mueve a levantar la voz, no nuestra mirada puritana y
moralista.
¿Alguna vez le quitó dinero Duarte a los rarámuri y otras culturas indígenas? Tenemos una deuda muy grande con ellos, porque estamos usufructuando las tierras que ancestralmente eran de ellos. Los fértiles valles del estado los ocupaban ellos, pero se retiraron a la sierra para huir de los conquistadores, y se quedaron sin nada. El dinero no utilizado en ellos y en muchos otros pobres, es un despojo. Digo esto sólo como un ejemplo, porque hay algunos que minimizan la corrupción como si fuera un mal menor.
No. La
corrupción es un mal de nuestro sistema económico, político y social. En el
sexenio de Peña Nieto (y en sexenios anteriores) se solapó, se toleró a
gobernadores y más funcionarios que llegaron expresamente para sustraer lo que
les pertenecía a todos los mexicanos.
Pero la corrupción no sólo la cometen los que tienen las uñas largas, también los que se hacen cómplices desde la administración de la justicia, desde las administraciones políticas. ¿No hubo empantanamiento en dar respuesta judicial ante quienes solicitaban pedirle cuentas a tal gobernador en su período y después de él?
También nosotros, los que callamos, somos cómplices
de la corrupción en perjuicio de tanta gente. Estoy de acuerdo en la denuncia
que lanzó el p. Camilo ante el silencio de nuestra Iglesia.