SÓLO UN MANDAMIENTO...
Sólo nos pide que nos amemos; que nos amemos unos a otros, que multipliquemos los encuentros, las ternuras, los abrazos y los besos. Sólo quiere que nos amemos, y que pongamos en común lo que tenemos, lo que somos; que dialoguemos y nos entendamos.
Sólo quiere que nos amemos... Quiere, amigos míos, que nos sirvamos, que nos lavemos los pies unos a otros, que nos acompañemos y nos ayudemos a caminar; que nos curemos mutuamente las heridas; que nos perdonemos y que no dejemos a nadie solo.
Que nos demos el tiempo que haga falta. Nos regalemos mutuamente algún detalle, cosas, gestos, como signo de amistad y de presencia, como Él hace con nosotros; que lleve nuestra marca y nuestro espíritu; regalemos en todo a nosotros mismos, como un pequeño sacramento; el amor es siempre gracia y presencia. Ya sólo vale el amor.
Pero con una condición, una pequeña circunstancia que debemos tener en cuenta: que nuestro amor sea como el Suyo, que nos sirvamos y que nos amemos como Él lo hizo con nosotros.... y más nada.
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