EL VERDADERO CRISTIANO PONE
SU SEGURIDAD EN DIOS
Domingo 10 de agosto de 2025,
19° del tiempo ordinario - C
Lucas 12,32-48.
Qué palabras tan tiernas y
consoladoras escuchamos hoy que nos dirige nuestro Señor a sus discípulos, y a
todos los seres humanos: "No temas,
pequeño rebaño”. Para entender y acoger mejor estas palabras, tenemos que
recordar que primero Jesús nos ha puesto en guardia contra la codicia o avaricia,
ese deseo o afán de tener y tener más. Como que en ese deseo fincamos nuestra
seguridad, pero nos engañamos, porque "la
vida de uno no está asegurada por los bienes que uno posea” (Lucas 12,15).
Ilustraba esto nuestro Señor con la parábola de aquel hombre que pensó que
tenía bienes para muchos años, pero Dios le avisó que esa misma noche iba a
morir.
Luego nos dice Jesús: "no anden preocupados por su vida, qué
comerán, ni por su cuerpo, con qué se vestirán” Y nos invita a contemplar a
los pájaros y las flores, a los que Dios alimenta y viste mejor que a nosotros,
hombres y mujeres de poca fe (vean Lucas 12,28).
Las personas, en esta sociedad actual, vivimos con muchas zozobras, miedos,
nervios, angustias, ansiedades, y por eso, padecemos problemas de salud,
problemas para dormir, hasta se nos convierten en trastornos psicológicos. La
inseguridad, la economía, el trabajo, los hijos, todo es una carga para
nosotros. Pero el cristiano-cristiana que lee constantemente los santos
evangelios, que escucha cotidianamente a Jesús, recibe continuamente esta
fuerza de confianza: "no temas, pequeño
rebaño”. Dios tiene preparado su reino para nosotros, para todos los seres
humanos. ¿Por qué vivir en la angustia?
En consecuencia con todo
esto, Jesús nos llama a poner nuestra seguridad en Dios. ¿Es fácil vivir esta
espiritualidad de Jesús? Las cosas no son mágicas ni inmediatistas. Hemos de
ejercitarnos en la confianza de Jesús. Entremos en los santos evangelios, dejémonos
educar, formar poco a poco por nuestro Maestro, en vez de estar bien arraigados
en nuestras cosas. Vivencialmente sentimos que la vida se nos puede escapar de
un momento a otro y tenemos que apuntalarla con los bienes materiales. Y hoy
día hay seguros para tantas cosas, y hasta es obligatorio adquirir esos
seguros, para el auto, para la casa, seguros de vida, de salud, de educación de
los hijos, y tantas cosas.
Ciertamente en estos
tiempos modernos nos resulta difícil vivir estas palabras de nuestro Señor. Él
siempre será nuestro modelo de confianza extrema en Dios nuestro Padre. ¿A poco
el dinero será el que salve a esta humanidad? ¿O las armas? ¿O la tecnología?
Estas cosas no existían cuando apareció el ser humano sobre la tierra, hará
unos cien o doscientos mil años… y sin embargo, nuestra especie ha subsistido
por el poder y la providencia de Dios nuestro Padre.
Jesucristo vivió lo que predica. ¿Dio todo lo
que tenía en limosnas? Mucho más que eso, su vida fue una completa gratuidad,
en sus enseñanzas, en sus milagros, en su amor, en su perdón… hasta que
finalmente entregó enteramente su vida en una cruz por la salvación del mundo.
Su hermano: Carlos
Pérez B., Pbro.