Retrato Hablado del Obispo Ideal
Elaborado por el Grupo Promotor de la renovación de la curia (9 de abril de1973), de acuerdo con el Concilio Vaticano II Según este retrato el Obispo :
• Es factor de la comunión.
• Busca caminos más aptos para el desarrollo del proceso comunional.
• Ama. • Dialoga. • Acepta y respeta a las personas.
• Cree y confía en los demás.
• Tiene espíritu de servicio y de disponibilidad.
• Es integrador de los tres sectores y de los tres ministerios.
• Tiene espíritu de apertura.
• Tiene conciencia y sentido eclesial.
• Tiene comunión eclesial con el Papa, el Colegio Episcopal, la Región (Pasto ral), las Misiones. Capaz de relación con las Iglesias separadas y con las instituciones no eclesiásticas, etc.
• Tiene aptitud de sociabilidad al servicio de unas relaciones interpersonales constitutivas de un grupo.
• Está abierto a la participación.
• Tiene sentido de la complementariedad, según predominen en él rasgos afectivos o intelectuales, teóricos o prácticos.
• Hace delegación efectiva de su autoridad.
• Realiza su trabajo colegiadamente: en el conocimiento y análisis de las necesidades y en la búsqueda de respuestas a las necesidades.
• Tiene confianza en sus colaboradores.
• Tiene una mente realista, con una visión de la realidad: sistemática, amplia, integral, analítica, sintética y con proyección al futuro.
• Tiene sentido de historicidad.
• Tiene conocimientos teológicos sólidos, suficientes, integrados, maduros y actualizados en la línea de los tres ministerios: bíblico, litúrgico, pastoral social, etc. -
• Tiene espíritu de investigación.
• Sabe interpretar los signos de los tiempos.
• Confirma en la fe a su pueblo.
• Celebra y promueve la Liturgia.
• Busca la promoción integral del hombre con sentido liberador. Promueve integralmente los recursos humanos.
• Tiene una actitud técnico-organizativa orientada hacia el logro eficaz de los objetivos.
• Sabe exigir resultados.
• Es un líder expansivo: que entusiasma, que impulsa, que mueve a la acción, optimista, creativo, constante, de empuje.
• Tiene capacidad de trabajo: retributivo, creativo, productivo, planificado.
• Es un hombre de fe y oración, con sentido cristológico y trinitario.
• Tiene espíritu de pobreza evangélica.
• Ejerce el discernimiento y el respeto a la acción del Espíritu y a sus carismas en su Iglesia local. Tomado del libro Don Adalberto, del P. Dizán Vázquez. |