Maximino Cerezo Barredo, Pintor de la Liberación     


 
EL VALOR DE LA PALABRA DE DIOS

La Biblia es el Libro por excelencia. No es libro
solamente humano; sino humano-divino.
Es la revelación que Dios hizo a los hombres, válida
y necesaria para todos los tiempos. Es la "Palabra
que Dios hizo a la humanidad para enseñar el
camino que se ha de seguir para vivir conforme
a su Voluntad, el que nos permitirá unirnos
amorosamente a EL.

Por la Palabra de Dios escrita, nosotros hemos
recibido la salvación de Dios: lo que EL hizo una
vez por nosotros se nos entrega ahora por medio
de su palabra. La función de la Biblia es la de ser un
testigo cualificado de la Buena Nueva de Salvación.

La Buena Nueva no se identifica sin más con la
Escritura, no es un libro, sino la manifestación
siempre viva del Señor resucitado en la Iglesia.
La Palabra de Dios no la tenemos únicamente en la
Escritura, sino en toda la vida de la Iglesia
(testimonio cristiano, liturgia, sacramentos,
predicación, catequesis, enseñanzas del Magisterio,
etc.). Pero Biblia nos da la absoluta garantía del
encuentro con la Palabra de Dios al presentárnosla
por escrito. Ella es la expresión privilegiada de la
Palabra Encarnada, Cristo Jesús. La Biblia no es
sólo una ocasión para recibir la palabra siempre
viva del Señor, sino que ella misma ES la Palabra
de Dios.

Sobre esto nos dice el documento del Concilio
Vaticano II sobre la Divina Revelación:

"La Iglesia siempre ha venerado la Sagrada
Escritura como lo ha hecho con el Cuerpo de
Cristo; pues sobre todo en la Sagrada Liturgia,
nunca ha dejado de tomar y repartir a sus fieles
el pan de vida que ofrece la mesa de la Palabra
de Dios y del Cuerpo de Cristo la Iglesia siempre
ha considerado como suprema norma de su fe
a la Escritura unida a la tradición, ya que inspirada
por Dios y escrita de una vez y para siempre,
nos transmite inmutablemente la palabra del mismo
Dios; y en las palabras de los Apóstoles y de los
Profetas hace resonar la voz del Espíritu Santo.
Por tanto, toda la predicación de la Iglesia como
toda la religión cristiana, se ha de alimentar y regir
con la S.E."

"En los libros Sagrados el Padre, que está en el
cielo, sale amorosamente al encuentro de sus hijos
para conversar con ‚ellos. Y es tan grande el poder
de la fuerza de la Palabra de Dios, que constituye
sustento y vigor de la Iglesia, firmeza de fe para sus
hijos, alimento espiritual del alma, fuente límpida y
perenne de vida espiritual"

La Biblia es el libro de Jesucristo: Dios quiere
salvarnos a todos y claramente nos dice lo que
tenemos que hacer a tal fin:
Acercarnos a Jesucristo, su Hijo Amado,
escucharlo y obedecer a su voz.

Jesucristo es la prueba necesaria y decisiva para el
destino eterno del hombre, quien se acerca a EL
y lo escucha se salva, Quien no se acerca a El
se aleja, se condena.

A Jesucristo es necesario CONOCERLO
para AMARLO y SEGUIRLO.

Los cristianos conocemos poco a Jesucristo,
lo conocemos superficialmente parcialmente.
Recordemos la petición de Jesús al Padre:
Padre la vida eterna es esto: que te conozcan a Ti,
el solo Dios verdadero y a aquel a quien enviaste
Jesucristo (Jn 17,3)
Y el camino real para acercarnos a la Persona
del Redentor es la S.E.

"Desconocer la Sagrada Escritura
es desconocer a Cristo"
San Jerónimo
 

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