¿Todavía existe el pecado?
"Yo no mato, no robo, no me meto con nadie, yo no tengo pecados.” Qué común resulta escuchar frases como esta. Y es que en una sociedad permisiva como la nuestra hemos perdido el sentido del pecado. Puede que no lo reconozcamos, pero el vacío que caracteriza a nuestra época es uno de los principales síntomas de esta mortal enfermedad. Fuimos creados para vivir en una relación de amor y compromiso con nuestro Dios; sólo El puede llenar el vacío de nuestro corazón. Pero ¡Cuántas cosas nos alejan de su presencia, amor y seguimiento! Pecado es todo lo que nos aleja de la armonía en la que fuimos creados, todo lo que nos aleja de nuestros semejantes, todo lo que daña nuestro ser.
El pecado no es malo porque Dios lo prohiba, sino por los efectos que produce en nosotros. La historia de Adán y Eva es un fiel reflejo de lo que sucede en nuestro interior cada vez que nos dejamos seducir por la placentero y lo fácil.
Alejándonos de Dios. Jesús venció al pecado con su muerte y resurrección, y nos invita a participar de su triunfo. Pero eso no sucede de una manera automática, sino que es producto de una mutua relación de amor y compromiso. Está en ti el aceptar... |