SÓLO UNA COSA ES NECESARIA
Comentario a Lucas 10,38-42, evangelio de la Misa del domingo 18 de julio del 2010.
Carlos Pérez Barrera, Pbro.
Si en un pueblito de samaritanos no le quisieron dar hospedaje a Jesús en su camino hacia Jerusalén, ahora lo vemos bien recibido en esta casa de dos mujeres. Marta y María son dos maneras de ser personas, dos maneras de ser creyentes, dos maneras de atender a las personas. ¿Por qué Jesucristo se inclina por una? No está mal que Marta se envuelva en quehaceres, al menos pensamos que todo lo que hacía no era para desentenderse de Jesús, sino al contrario para disponerle una mejor estancia a amigo y peregrino tan distinguido. Y por el contrario, no pensemos que María se desentiende del quehacer por mera flojera.
¿Qué representan una y otra? En Marta vemos el activismo, los pendientes, los quehaceres, esos que nunca faltan en nuestra vida. ¿No decimos también nosotros que no tenemos tiempo ni para ir a Misa? Ni tiempo para estudiar la Palabra de Dios, o para hacer oración… y quizá ni nos demos tiempo para escuchar a los hijos, a los amigos. Es posible que tengamos tiempo para alguna que otra diversión, descanso o entretenimiento, aunque sea de vez en cuando, pero no para actividades o momentos profundos de plática, de escucha, tanto de Dios como de las demás personas.
Eso fue lo que hizo María. Dedicó su tiempo disponible para lo que en ese momento era lo más importante: estar con Jesús, escuchar su Palabra. Yo veo aquí a todo creyente que se busca su espacio y se da su tiempo para estudiar la Palabra de Jesús en los santos evangelios, para estar con él, en cualquiera de sus muy diversas presencias, sobre todo la más privilegiada que él nos enseña en Mateo 25. Según Jesús, ésta es la mejor parte y la más necesaria. ¿Cuándo comprenderemos que hay tantas cosas que hacer en la vida, que es cierto que las tenemos que hacer, pero que no son tan importantes como otras? Tenemos que cumplir con nuestro horario de trabajo, sobre todo si no trabajamos para nosotros mismos, y tenemos que hacerlo bien, pero no creo que haya que poner esta labor por encima de todo.
A la mayoría de los católicos quisiera convencerlos de que estar una hora en Misa, los domingos, es algo que nos da fuerza para vivir el resto de la semana como cristianos.
Desde luego que quisiera verlos y verme a mí mismo estudiando los santos evangelios, haciendo oración de escucha, dándose tiempo para tomar algún curso de Biblia, o tomando algún taller de oración y vida, sirviendo al prójimo y a la comunidad, ejerciendo la caridad con aquellos con los que el Hijo de Dios se identifica de manera especial, etc. |