¿LEGALIZACIÓN DE LAS DROGAS?
Jueves 5 de agosto del 2010
Pbro. Carlos Pérez B.
Felipe Calderón ha pedido o sugerido que se abra el debate sobre la legalización o despenalización de la mariguana (¿sólo esa o también las demás drogas ilícitas?). Ya se empiezan a escuchar voces en este debate, aunque aún no sea formal.
Todos los ciudadanos debemos entrar al debate, porque nos incumbe.
Ciertamente una legalización de las drogas, todas, sería un golpe para los poderosos cárteles que se disputan a costa de miles de muertos las plazas y las rutas en nuestro país. Se vendrían abajo los precios y consiguientemente su poder económico y su poder en armamento.
Sin embargo, hay que distinguir entre dos problemas que nos agobian a toda la población: uno es el narcotráfico y el tráfico de armas, y otro el problema de la inseguridad, de la delincuencia callejera. Este segundo problema, que afecta directamente a miles de familias, es el que se vería potenciado al legalizarse las drogas, por lo menos la mariguana. Porque, ¿quiénes son los que se roban el medidor del agua de una casa, quiénes dejan sin luz a un sector de nuestras colonias, quiénes son los que se meten a nuestros templos, que rompen vidrios, puertas, sólo para robarse algún vaso sagrado para conseguir unos 20 ó 50 pesos con los que completar una dosis que ya les urge aplicarse? Si se legaliza alguna de las drogas, se pondría más al alcance de nuestros jóvenes y adolescentes; habría más consumidores y seguramente más delincuencia callejera y hasta intra doméstica. De por sí, el consumo de alcohol, que no está restringido, es ya un problema muy grave para nuestra sociedad y para muchas familias por sus costos en integración, en baja laboral, en accidentes, ¡imaginémonos lo que sería sumándole este otro problema!
Este asunto requiere de pensarse muy pausadamente. No nos vayamos a precipitar. "Tengan cuidado - dice la Palabra de Dios -, que esa libertad de ustedes no sirva de tropiezo a los débiles” (1 Corintios 8,9). |