EL REINO DE JESÚS
Comentario a Lucas 23,35-43, evangelio de la Misa del domingo 21 de noviembre del 2010, Fiesta de Cristo Rey
Carlos Pérez Barrera, Pbro.
Uno de los malhechores crucificado junto a Jesús le pedía formar parte de su reino cuando comenzara a reinar.
¿Cuál es el reino de Jesús?
Hoy, fiesta de Jesucristo rey, lo contemplamos crucificado como un malhechor, así nos lo presenta la Iglesia al elegir este texto evangélico. No nos dejemos llevar por esa imagen idealizada que tenemos después de tantos siglos por este crucificado. Pensemos en esa realidad de su fracaso, de su rechazo por las autoridades del aquel tiempo, de su condena, de su suerte compartida con los malvivientes.
El reino de Jesús no es un reino de poder, de honores humanos, de gloria mundana, de dinero y de recursos materiales. El reino de Jesús es el reinado de Dios, el reino del amor, de la compasión, de la justicia de Dios, de la verdad, del compartir, el reino de la inclusión de los más débiles, todo esto que leemos en los santos evangelios. ¿Son así los reinos de este mundo?
Traduzcamos la palabra reino por gobierno, por sistema de gobierno para que no nos suene a algo anacrónico.
Quienes queramos formar parte de este reino, como el malhechor que se lo pedía, hagamos un acto de profesión de fe, un compromiso con este crucificado:
En este mundo de violencia, yo quiero asumir contigo la paz de Dios, no la de los hombres.
En este mundo de dinero, yo quiero asumir contigo la pobreza. No la miseria a la que han condenado los poderosos a tantas gentes, sino la pobreza que se vive delante de Dios.
En este mundo en que tantos aspiran al poder sobre los demás, yo quiero asumir el lugar de los servidores, de los humildes servidores de los demás.
En este mundo donde abundan las falsedades, yo quiero ser parte de tu reino donde reina la verdad, la verdad de Dios, la verdad sobre el ser humano.
En este mundo donde reina el egoísmo, yo quiero asumir contigo, rey crucificado, el amor, la compasión, la generosidad que siempre te distinguen y le dan calidad a tu realeza.
Yo sé que asumir plenamente todo esto es una decisión difícil, pero yo también quiero decirte: "acuérdate de mí cuando vengas con tu reino”. |