Miércoles 8 de junio del 2016
Carlos Pérez B., Pbro.

En este pasado proceso electoral al parecer salió a votar más del 50% de los electores de nuestro estado. A los que resultaron ganadores yo les diría que no echen las campanas a vuelo. Es ciertamente un buen paso adelante en nuestra democracia, pero más que brincar de gusto habrían de persignarse, porque el panorama se ve difícil. La responsabilidad que recae sobre ellos y ellas es inmensa. Con los pies en el suelo yo no sé cómo le van a hacer para enfrentar esos problemas gigantescos. Si a mí me dijeran que voy a ser el próximo gobernador, o por lo menos el próximo presidente municipal de Chihuahua, estaría a punto de un infarto, o saldría huyendo, porque bien sé que la problemática de inseguridad, de corrupción, de ineficiencias es muy grande.

Yo quisiera que todos los ciudadanos hiciéramos este llamado a los candidatos triunfadores: Por el amor de Dios, y por el amor de esta sufrida gente, no le vayan a fallar. No piensen en ustedes, piensen en las personas. Gobiernen con el corazón, como el Buen Pastor conduce a las ovejas.

Si le fallan a las expectativas que los ciudadanos tienen en ustedes, esta democracia incipiente se nos va a desmoronar.